miércoles, 12 de febrero de 2014

RESPUESTAS Y REPUTACIÓN DE LA EMPRESA EN MANOS DEL DEPARTAMENTO DE RSC

Cuando un técnico de empleo decide entrar en contacto con una empresa mediana o grande busca el camino más fácil y suele ser el departamento de Responsabilidad Social Corporativa. Las respuestas son diversas según el talante de la compañía. 

TUC-TUC, empresa riojana de moda infantil http://www.tuctuc.com/es/, facilitó de forma inmediata el acceso a candidatos con discapacidad para que tuvieran un convenio de prácticas en las tiendas de sus franquiciados en Madrid. 


En algunos sitios, sin embargo, la persona que atiende el teléfono desconoce quien es el responsable de RSC de su empresa y, además, intenta colgar rápido y no dar información que le comprometa. Tenemos una anécdota para ilustrar esta práctica. Una anécdota ya antigua, de hace cuatro años. Llamamos a la empresa láctea CLESA en enero de 2011. La joven que nos atendió parecía tensa y su actitud era poco dialogante. La única información concreta que nos transmitió fue que no podíamos visitar la planta porque no tenían adaptación para personas con discapacidad. En mayo de ese mismo año los trabajadores de la planta fueron desalojados por la policía y sus gestores, la familia Ruiz-Mateos, apartados por un juez de la gestión. La falta de transparencia se convierte en casos como este en un reflejo de unas condiciones de trabajo y una gestión empresarial insostenible. CLESA pertenece hoy a una cooperativa lechera gallega aunque la fábrica de Madrid continúa cerrada. 

La otra cara de la moneda también es una práctica común. Tras una visita muy agradable los interlocutores de la empresa se comprometen a colaborar. Ofrecen puestos de trabajo, convenios de colaboración para prácticas, sesiones de formación para sus empleados. Días después no atienden al teléfono, no responden correos electrónicos y no tienen en cuenta a los candidatos propuestos en los procesos de selección. Empresas de seguros, compañías de servicios externos, grandes cadenas de distribución. A los técnicos se nos queda cara de tontos, rotas las expectativas creadas por ellos mismos. El análisis posterior es difícil de nuevo por falta de transparencia: ¿Dónde, quién en qué departamento ha dicho no?, ¿Por qué?, ¿Su política de diálogo y de integración social es sólo una fachada? 

Todas las empresas tienen que cumplir una legislación de respeto al medio ambiente, de cuidado de la salud de sus trabajadores, de formación, de fomento a la igualdad y, además, las compañías con más de 50 trabajadores tienen obligación de contratar con trabajadores con discapacidad. Estas mismas empresas pueden suspender esta obligación tomando medidas alternativas. Esto y atender a sus clientes son las obligaciones de las empresas. la responsabilidad social corporativa es un añadido, no una obligación de las compañías. 

Las empresas que juegan a ser socialmente responsables promocionando contrataciones que no hacen o donaciones a sus propias fundaciones juegan con fuego. Ponen sobre un escenario su marca, la hacen respetable utilizando campañas en televisión o participando en actos sociales, vinculan su nombre a acciones solidarias. Ponen su esfuerzo en la comunicación. 

Acciones más sencillas son más rentables. Unos empleados satisfechos con su condiciones, agradecidos a las oportunidades que su vida laboral les concede son los mejores embajadores ante cualquier producto o servicio que brinde una empresa. 

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