jueves, 10 de octubre de 2013

PUSIMOS NOMBRES Y APELLIDOS A LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA


Solo nos extendimos media hora más sobre el horario previsto y esto ya es noticia. La nuestra no fue una de esas jornadas en las que uno aprovecha para salir de la oficina y dormitar mientras le echan un rollo. Fue una jornada llena de calidad. Calidad de trabajo y productividad. Fue un subidón.

Comenzamos con los saludos institucionales y a los primeros ponentes, Abelardo Rodríguez, coordinador técnico de la Red, Fernando Garrido, director del Instituto de Acción Social de Fundación Mapfre, y a Miguel Ángel, el técnico de empleo del Centro de Rehabilitación Laboral de Mostoles, se les olvidó saludar a la Infanta Elena que estaba sentada en primera fila.

Infanta Elena, disculpe, no estamos acostumbrados al protocolo, pero le agradecemos que viniera escuchar que nuestro trabajo es hacer efectivos tres derechos constitucionales: el derecho al trabajo, a la Seguridad Social y la integración social.

Como Yolanda Sánchez-Urán, catedrática de Derecho del Trabajo, nos explicó en la segunda mesa, “no se trata de incidir en las dificultades”. Pero lo que estas jornadas han puesto en evidencia es que el mayor obstáculo al que se enfrentan las personas con enfermedad mental no es su falta de salud sino la escasa información de la población general.

Cada uno de los cinco ponentes con enfermedad mental nos hicieron su relato personal de cómo han salvado esta barrera y se han puesto a trabajar: “Si no me hubieran dado la oportunidad no hubiera podido hacerlo pero ahora he demostrado que trabajo igual o mejor que los demás”. “Al no tener que ocultar mi problema me relaciono mejor”. “Cuando empecé a trabajar me di cuenta que soy una persona como todas las demás y fue entonces cuando empecé a aceptar mi enfermedad mental”. “Empresarios: contad con nosotros somos capaces de trabajar y lo hacemos muy bien”.

Los responsables de recursos humanos y los gerentes de pequeñas empresas, como Juan Miguel Calleja, director de la agencia de publicidad JM360, nos explicaron como rompieron la barrera en sus compañías: “Lo más importante es informar. A mí un técnico me convenció para que le escuchara. Luego me contaron de una forma clara qué es una enfermedad mental. Después conocí al candidato y, por último, le vi trabajar. Lo hicimos todo muy normal. Le transmití la información a dos jefes de departamento por si se aturullaba un poco, pero su nivel era muy bueno y no hizo falta ninguna ayuda especial. Nos dejó a todos muy buen sabor de boca”.

Las jornadas supusieron un subidón pero ninguno de los asistentes pudimos olvidar la recesión económica y la pérdida generalizada de calidad de condiciones de trabajo. Tuvimos la suerte de escuchar como Cecilia Bellido, gerente y responsable de recursos humanos en Laborplus, un centro especial de empleo caracterizado por su buena gestión de trabajadores, explicaba sus herramientas para enfrentarse a estos tiempos: “Nos aprietan con los presupuestos pero tenemos claro que ofrecemos calidad  y eso cuesta dinero”. Respecto a la relación con los Centros de Rehabilitación Laboral conto que: “Colaboramos con los CRL porque nos resulta productivo. Nos presentan trabajadores que no tienen limitaciones para nuestro sector, el logístico y de manipulación. Se concentran muy bien, van motivados. Son trabajadores que realizan un trabajo muy bueno y, además, en el CRL, te informan y te apoyan mucho con los seguimientos laborales. Tenemos el mismo objetivo: que la integración sea plena y el trabajador saque lo mejor de sí mismo.”

Virginia, preparadora laboral del Centro de Rehabilitación Laboral de Torrejón, apoyaba estos argumentos: “Todos queremos que la persona se adapte de forma posible y plena”. Tanto la preparadora laboral, como Rocío Núnez, gestora de relaciones humanas en Grupo Pascual, comentaron la importancia de las adaptaciones. “Con nosotros trabaja una auxiliar administrativo que tiene discapacidad por enfermedad mental. Hemos adaptado su horario. Hace las mismas horas que los demás pero entra un poco más tarde y hemos desglosado las tareas para facilitar su organización.” Este tipo de adaptaciones son las que realizan también en la Universidad Juan Carlos I: “Algunos de los alumnos que tienen discapacidad por enfermedad mental tienen una formulación de preguntas distintas en los exámenes que sus compañeros”, explica el profesor Ricardo Moreno, “los contenidos son los mismos, sólo cambia la pregunta”.

Sobre estas adaptaciones añadiremos más información en nuestro blog en breves semanas.

Muchas gracias a todos los ponentes y asistentes a las jornadas y al apoyo recibido por parte de la coordinación técnica de la Red Pública de Atención Social a personas con enfermedad mental grave y duradera de la SubDirección General de Atención a la Discapacidad y Enfermedad Mental y por las empresas y fundaciones gestoras de los Centros de Rehabilitación Laboral: AFAP, Asociación Psiquiatría y Vida, Fundación Buen Samaritano, Fundación Manantial, Grupo 5, Grupo Exter, Hermanas Hospitalarias, Intress, Fundación Salto y Walkredi. 

 

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