El Instituto Nacional de Estadística (INE) publica por primera vez un estudio que compara los salarios de los trabajadores con certificado de discapacidad con el resto de la población activa. El informe ha sido realizado con la colaboración del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Fundación ONCE y la Dirección General de Políticas de Apoyo a la Discapacidad (MSSI).
El informe constata una realidad ya conocida y que en términos globales no parece tan grave como lo es atendiendo a sectores de producción, a cualificación de personas con discapacidad y, naturalmente, a los casos individuales.
El resumen del informe publicado por el Servicio de Información sobre Discapacidad (SID) indica que el salario de las personas con discapacidad es un diez por ciento menor que el del resto de trabajadores. En concreto, el salario bruto anual de los asalariados con discapacidad fue, en 2010, de 20.553,3 euros, frente a los 22.842,6 euros de los empleados sin discapacidad.
Siguiendo la pauta, el salario medio bruto mensual, que excluye pagos extraordinarios, fue de 1.534,8 euros por trabajador con discapacidad, también un 10% inferior. Tras las deducciones las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo del trabajador y las retenciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) se obtiene el salario neto mensual, que fue de 1.278,3 euros para el caso de trabajadores con discapacidad, un 5,1% inferior al del resto.
Por sexo, la situación resultó más desfavorable para las mujeres, que reciben un jornal 9.1 por ciento inferior al de los hombres (19.355,5 euros de media por trabajadora, en el mismo año del estudio, 2010, frente a los 21.302,1 euros de ellos).
No obstante, se detectaron menos desigualdades salariales entre la población femenina con y sin discapacidad (el salario de las primeras fue un 2% menor que el de las segundas) que en el caso de los hombres (cuyo salario fue un 16,8% inferior en presencia de discapacidad).
Cabe destacar que según aumenta la edad, la experiencia y la antigüedad de los trabajadores disminuye la brecha salarial entre quienes presentan y no discapacidad.
Cargos y tipo de contratos
En lo referente a puestos de ocupación altos (directores, gerentes, técnicos y profesionales científicos, técnicos intelectuales y de apoyo) ambos colectivos equipararon sus salarios.
Por último, se observaron menos diferencias salariales entre personas con y sin discapacidad en los contratos a tiempo parcial y en los de duración
indefinida, en los que la ratio salarial se situó en el 93% y en el 90,3%, respectivamente.
¿Cómo se explican estas diferencias salariales?
Dejamos abierto este debate.
Según el informe, “estas diferencias en los salarios en términos netos las explican determinadas las ventajas fiscales establecidas para las personas con discapacidad (reducciones sobre rendimientos netos del trabajo e incremento del mínimo personal y familiar, entre otros)”. Algo así como si la discriminación positiva por género en la elección de altos cargos de las empresas supusiera una desventaja para las mujeres trabajadoras en vez de una medida para fomentar la igualdad a largo plazo.El informe no alude a que el Convenio Colectivo que regula la actividad de los Centros Especiales de Empleo no es sectorial. Se aplica el XIV Convenio Colectivo General de Centros y Servicios de Atención a Personas con Discapacidad, independiente de la especialidad y de la cualificación profesional de los trabajadores. Tampoco mencionan las claudicaciones que tanto los trabajadores afectados como los servicios de intermediación hacemos para que las empresas tengan en cuenta a las personas con discapacidad en sus procesos de selección. Convenios de prácticas sin remuneración, puestos no adaptados, horas extras que no aparecen en nómina, trabajos menos reconocidos, más dificultades para ascender.