viernes, 8 de marzo de 2013

EL MEJOR TRABAJADOR POSIBLE



Una empresa de servicios, LYMA, una pyme de distribución, SERGEL GELATI, una sociedad dedicada a la jardinería y mantenimiento, FIVITEC, y la multinacional IKEA nos cuentan la experiencia de contratar trabajadores con certificado de discapacidad por enfermedad mental.
 
LYMA es la concesionaria del servicio de limpieza viaria y de edificios públicos del Ayuntamiento de Getafe. En 2010 contrataron a cuatro trabajadores con discapacidad por enfermedad mental. Desde 2011 los contratos son indefinidos. “No hubo grandes sorpresas”, explica Paloma Gutiérrez, directora de área en LYMA. “Técnicamente producen lo mismo que cualquier trabajador. Al principio tuvieron un supervisor más cercano a ellos pero luego vimos que no era necesario”. Curiosamente, la diferencia con otros trabajadores la marca el número de bajas médicas. “Se cogen menos que el resto. No sabemos exactamente por qué pero quizá sea porque vienen a trabajar muy contentos”.



Esta opinión la ratifica Elena Moreno, del departamento de RR HHde la tienda IKEA de San Sebastián de los Reyes: “Son perfiles que no te fallan, no pierden la motivación por venir a trabajar”. Esta tienda IKEA ha firmado un contrato indefinido en enero de 2013 con un montador de muebles con enfermedad mental que conocieron a través de unas prácticas no laborales. “Tenemos bonificaciones por su contratación”, nos explica David Cajal, responsable de RRHH, “pero él se lo ha ganado porque su nivel de compromiso es bestial”.



 
 
Tienen menos bajas médicas, no sabemos exactamente por qué
 “Sabemos que no nos la jugamos. Es apostar por algo seguro”, ratifica su compañera Elena. Una sensación parecida trans-mite Sergio Leonino, director de una empresa de distribución de productos para heladería: “Tengo al mejor trabajador posible”. Sergio contrató en junio de 2012 a un administrativo para su pyme. “Está siempre centrado en su trabajo y no se distrae ni con su móvil ni con internet”. Para el empresario heladero esto es muy importante porque el administrativo es el único trabajador de su oficina además de él. “Tengo que viajar mucho y lo dejo todo a su cargo. A veces echo de menos un poco más de iniciativa pero poco a poco va cogiendo confianza”. Paloma añade un comentario más: “Quizá fueran un poco más lentos en aprendizaje al principio, pero sin que llamara la atención o fuera algo excepcional”.


Como explica David Cajal: “Cada caso es diferente. Hay personas con discapacidad que nos se adaptan a sus puestos del mismo modo que hay personas sin discapacidad que tampoco se adaptan. Lo más importante es que cada persona esté en el puesto que puede hacer porque va a sentirse reconocido y le van a reconocer”.

Precisamente estos ajustes son el trabajo de los Centros de Rehabilitación Laboral (CRL). Todas las empresas mencionadas encontraron a los candidatos a través de los CRL: “Nosotros tuvimos experiencias con personas con discapacidad que no salieron bien”, explica David de IKEA. “La diferencia estuvo en que no hubo acompañamiento y tampoco se hizo sensibilización a los compañeros”. Desde los CRL nos explican cual es procedimiento de trabajo. Primero recogen las opiniones de los supervisores. Después colaboran con el empleado para que desarrolle su potencial como trabajador. Carlos Mena, gerente de FIVITEC, empresa que tiene contratados dos jardineros con enfermedad mental cuenta su proceso: “No fue difícil en absoluto. La labor prácticamente ya la habían hecho en el CRL. Conocían perfectamente el perfil de trabajador que buscaba. Una vez seleccionados comenzaron a trabajar y tras un periodo de formación asumieron las responsabilidades que se requerían para el puesto. Fue un proceso muy normalizado. Al principio tenía algunas dudas pero desaparecieron”

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