
LYMA es la concesionaria del servicio de
limpieza viaria y de edificios públicos del Ayuntamiento de Getafe. En 2010
contrataron a cuatro trabajadores con discapacidad por enfermedad mental. Desde
2011 los contratos son indefinidos. “No hubo grandes sorpresas”, explica Paloma
Gutiérrez, directora de área en LYMA. “Técnicamente producen lo mismo que cualquier
trabajador. Al principio tuvieron un supervisor más cercano a ellos pero luego vimos
que no era necesario”. Curiosamente, la diferencia con otros trabajadores la
marca el número de bajas médicas. “Se cogen menos que el resto. No sabemos exactamente
por qué pero quizá sea porque vienen a trabajar muy contentos”.
Esta opinión la
ratifica Elena Moreno, del departamento de RR HHde la tienda IKEA de San Sebastián
de los Reyes: “Son perfiles que no te fallan, no pierden la motivación por
venir a trabajar”. Esta tienda IKEA ha firmado un contrato indefinido en enero
de 2013 con un montador de muebles con enfermedad mental que conocieron a
través de unas prácticas no laborales. “Tenemos bonificaciones por su contratación”,
nos explica David Cajal, responsable de RRHH, “pero él se lo ha ganado porque
su nivel de compromiso es bestial”.
Tienen menos bajas médicas, no sabemos exactamente por qué
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Como explica David
Cajal: “Cada caso es diferente. Hay personas con discapacidad que nos se adaptan
a sus puestos del mismo modo que hay personas sin discapacidad que tampoco se
adaptan. Lo más importante es que cada persona esté en el puesto que puede
hacer porque va a sentirse reconocido y le van a reconocer”.
Precisamente estos
ajustes son el trabajo de los Centros de Rehabilitación Laboral (CRL). Todas
las empresas mencionadas encontraron a los candidatos a través de los CRL:
“Nosotros tuvimos experiencias con personas con discapacidad que no salieron
bien”, explica David de IKEA. “La diferencia estuvo en que no hubo acompañamiento
y tampoco se hizo sensibilización a los compañeros”. Desde los CRL nos explican
cual es procedimiento de trabajo. Primero recogen las opiniones de los
supervisores. Después colaboran con el empleado para que desarrolle su
potencial como trabajador. Carlos Mena, gerente de FIVITEC, empresa que tiene
contratados dos jardineros con enfermedad mental cuenta su proceso: “No fue difícil
en absoluto. La labor prácticamente ya la habían hecho en el CRL. Conocían
perfectamente el perfil de trabajador que buscaba. Una vez seleccionados comenzaron
a trabajar y tras un periodo de formación asumieron las responsabilidades que
se requerían para el puesto. Fue un proceso muy normalizado. Al principio tenía
algunas dudas pero desaparecieron”